Las frutas por su composición son fuente importante de:
Agua en un 80-90%.
Fibra alimentaria entre el 1 y el 5%.
Vitaminas, en especial vitamina A, C, E y del grupo B.
Minerales, sobre todo, potasio, magnesio o fósforo.
Antioxidantes como antocianinas, resveratrol o flavonoides.
Glúcidos, como la fructosa, la glucosa o la sacarosa, entre el 5 y el 18%.
Por cada 100 gramos la fruta aporta una media de 80 calorías.
Por su distribución de nutrientes cada fruta logra un beneficio distinto en nuestro organismo.
Piña. Te ayuda a eliminar líquidos y evitar la hinchazón de vientre y piernas. Además, favorece la digestión gracias a la bromelina.
Manzana. Ayuda a eliminar el colesterol de la sangre gracias a la pectina.
Pera. Favorece la función intestinal y protege el hígado al estimular la secreción de jugos gástricos.
Naranja. Refuerza el sistema inmunológico por su contenido en vitamina C.
Mandarina. Ayuda a controlar la presión arterial por su contenido en bromo.
Limón. Reduce los problemas producidos por el acné gracias al ácido cítrico.
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Kiwi. Contribuye a la formación de huesos y dientes y tiene más vitamina C que la naranja.
Melón. Favorece el correcto funcionamiento de los riñones por su contenido en agua.
Sandía. Ayuda a adelgazar por su contenido en agua y bajos niveles de azúcar.
Aguacate. Protege la salud cardiovascular por sus ácidos grasos.
Frutos rojos (arándanos, grosellas, bayas, moras…). Evitan infecciones de orina por sus compuestos polifenólicos.
Cerezas. Reducen el ácido úrico gracias a sus hidroxicinamatos.
Ciruelas. Evitan el estreñimiento por su efecto laxante debido a la fibra y el sorbitol.
Papaya. Acelera el proceso digestivo por su efecto proteolítico.
Melocotón. Ayuda al funcionamiento del sistema nervioso gracias al potasio y el magnesio.
Fresas. Calman la artritis al reducir la proteína reactiva que produce inflamación.
Granada. Tiene efecto astringente y antibacteriano, gracias a las punicalaginas o taninos hidrolizables.
Mango. Tiene poder antioxidante gracias a la quercetina y el ácido málico, así que evitan el envejecimiento prematuro de la piel.
Higos. Según los últimos estudios reducen el riesgo de sufrir enfermedades degenerativas y podrían tener propiedades anticancerígenas por su contenido en betacarotenos.
Plátano. Es rico en potasio por lo que cuida el corazón y el sistema nervioso y promueve el sueño por su contenido en triptófano.
Melón. Favorece el correcto funcionamiento de los riñones por su contenido en agua.
Sandía. Ayuda a adelgazar por su contenido en agua y bajos niveles de azúcar.
Aguacate. Protege la salud cardiovascular por sus ácidos grasos.
Frutos rojos (arándanos, grosellas, bayas, moras…). Evitan infecciones de orina por sus compuestos polifenólicos.
Cerezas. Reducen el ácido úrico gracias a sus hidroxicinamatos.
Ciruelas. Evitan el estreñimiento por su efecto laxante debido a la fibra y el sorbitol.
Papaya. Acelera el proceso digestivo por su efecto proteolítico.
Melocotón. Ayuda al funcionamiento del sistema nervioso gracias al potasio y el magnesio.
Fresas. Calman la artritis al reducir la proteína reactiva que produce inflamación.
Granada. Tiene efecto astringente y antibacteriano, gracias a las punicalaginas o taninos hidrolizables.
Mango. Tiene poder antioxidante gracias a la quercetina y el ácido málico, así que evitan el envejecimiento prematuro de la piel.
Higos. Según los últimos estudios reducen el riesgo de sufrir enfermedades degenerativas y podrían tener propiedades anticancerígenas por su contenido en betacarotenos.
Plátano. Es rico en potasio por lo que cuida el corazón y el sistema nervioso y promueve el sueño por su contenido en triptófano.